TALLERES DE VERANO IPADEJ

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El trabajo formativo con las juventudes es nuestra pasión. Hoy la Iglesia nos invita a caminar con los jóvenes en ¨sinodalidad¨ (caminar juntos), escuchando, acompañando y dando cuenta de su novedad, frescura y energía como legado a nuestro país necesitado de grandes cambios y renovación. 

Los TALLERES DE VERANO son una oportunidad para refrescar las capacidades y los compromisos para el trabajo formativo con las juventudes. Al mismo tiempo, será un tiempo de encuentro, entre jóvenes líderes, educadores, animadores, asesores, promotores que trabajan con las juventudes. Este año además de los talleres que conoces, te presentamos un curso para adentrarnos más en conocer las orientaciones del sínodo de la juventud: 


  

 
 



El texto completo del saludo del Papa Francisco a los jóvenes de Perú:

Queridos jóvenes, los saludo. Ya estamos entrando a la Navidad.
Les doy la bendición. En el nombre del Padre, del Hijo, del Espíritu Santo.
Hoy empezamos esas preparaciones pidiendo a Jesús que venga, ¿no?
Hoy la Iglesia le pone uno de los nombres: Sabiduría.
Jesús es nuestra sabiduría. ¡Oh Sabiduría!
Nosotros queremos estar abiertos a esa sabiduría.
No es estudiar. Es tener ese sentir cristiano en el corazón.
Les pregunto: ¿Tienen alegría en el corazón? ¿Y tienen paz en el corazón?
Y así entonces Jesús nos da la sabiduría. Así lo esperamos.
Preparémonos bien para la Navidad.
Sé que los llaman la Guardia papal a ustedes.
Yo no sé qué tiene que ver con el Papa, ¿no?
Pero bueno, algo de eso debe haber porque cuando yo vaya allí van a estar muy cerca.
Les quiero decir otra cosa. Yo estoy soñando con el viaje.
¡Estoy soñando ya! Tengo muchas ganas de ir allí.
Porque ustedes tienen una cosa que otros pueblos no tenemos.
¿Cuántos santos tiene el Perú?
Y vean la lista y no hay ningún santo triste, eran todos contentos.
Tenían la sabiduría de Jesús adentro.
Les deseo feliz Navidad.
¡Arriésguense! ¡Salgan! ¡Hagan algo bien! ¡Háganlo por Dios!
Busquen: ¿Qué puedo hacer por Jesús?
¿Qué puedo hacer por el bien de los demás?
Y lo último, pero contéstense: ¿Rezan?
Porque sin oración no podemos entrar a Jesús. Díganle a Jesús:
¡Oh sabiduría, ven! Recen, recen mucho.
Que Dios los bendiga y que la Virgen los cuide, y también recen por mí.